Soldado se jubila y ahora brinda servicios de salud mental





“La necesidad definitivamente existe”





“Más que nada, el ejército me dio un sentido de pertenencia para toda la vida, una misión más grande que yo misma y lazos que nunca se romperán”, dijo la Sargento Glenda Hernandez-Coronado, jubilada.



La Sargento Glenda Hernandez-Coronado tiene su propia consulta en el campo de la salud mental y desea mejorar la vida de quienes padecen problemas de salud mental.







TRADUCE GEMMA TORNERO


Se acerca el fin de semana del Día de los Caídos, un momento para que la nación recuerde el sacrificio máximo realizado por los hombres y mujeres militares al proteger a su país. Pero, para muchos de quienes sirven o han servido en el frente, una batalla continúa latente en sus mentes. El enemigo tiene muchos nombres familiares, todos ellos nefastos y poderosos. Depresión. Ansiedad. Trastorno de Estrés Postraumático. Culpa del sobreviviente. Y como terapeuta,y veterana del ejército, Glenda Hernández Coronado, quiere ser la mejor defensa de un veterano contra esos enemigos. Sargento de Estado Mayor. Hernández Coronado, quien recientemente dejó el Ejército tras 20 años de servicio, habló con Kansas City Hispanic News sobre su carrera y cómo desea generar un cambio positivo en la lucha por una buena salud mental. Nacida en Michoacán, México, en 1984, Hernández Coronado y su familia emigraron a Estados Unidos cuando tenía 10 años. De su adolescencia, comentó: “Pasaron muchas cosas en mi vida. Pero diría que lo más importante fue la oportunidad de continuar mi educación. Estaba en la universidad cuando me uní y sabía qué quería estudiar, pero también me faltaba algo. Siempre me intrigó la carrera militar, especialmente el ejército, cuando ocurrió el 11-S”. Hernández Coronado había visto a sus amigos alistarse, pero ¿podría el ejército ser realmente el camino adecuado para ella? “Después de que uno de mis amigos más cercanos de aquel entonces también se uniera, siempre hablaba de ello. Así que había un factor intrigante, especialmente el aspecto desafiante”, dijo Hernández Coronado. “Siempre me preguntaba: ‘¿Podría hacer esto? ¿Podría, como mujer, hacerlo?’. Y luego, casualmente, cuando estaba en la escuela y la universidad, me di cuenta de que necesitaba más ayuda financiera, así que esa fue una buena opción”. Para Hernández Coronado, quien asistía a la Universidad de Kansas, era hora de abrazar una nueva identidad. Y después de alistarse en la Reserva en 2004, dijo que estaba agradecida de encontrar una comunidad diversa de personas que trabajaban por objetivos similares. “Había muchas minorías y muchas mujeres. Me recordó cuando entré por primera vez, y había una chica de un país centroamericano. Me llamaba ‘mexicana’ porque había puertorriqueños, salvadoreños, había de todo”, dijo Hernández Coronado. Había una chica haitiana que recuerdo que era muy amiga, pero llamaba a todos por su nacionalidad, así que solía llamarme ‘mexicana’. Así que definitivamente había gente que se parecía más a mí. Para quien se describe a sí misma como una persona resolutiva, Hernández Coronado dijo que siempre se le ha dado bien exponerse a nuevos entornos y situaciones. Hernández Coronado dijo que se adaptó rápidamente a la vida militar: “Sentí que una de las cosas que el Ejército me enseñó fue a nunca rendirme, así que pensaba en las misiones difíciles que tuve y en cómo las superé, y eso me motivó a seguir adelante y ascender de rango o a participar en diferentes misiones para obtener ingresos adicionales”, dijo Hernández Coronado. Y lo más importante, Hernández Coronado dijo que siempre se ha esforzado por enorgullecer a su familia. “También fue un logro para toda mi familia. Así es como lo ví, un logro para mis padres, para que vieran que su sacrificio valía la pena, que no fue en vano”, dijo, “y definitivamente el ejército fue una parte importante de eso”. Gracias al ejército, Hernández Coronado también pudo obtener su licenciatura en sociología y francés, seguida de su maestría en trabajo social. “Así que, utilizo mi maestría en trabajo social clínico para ejercer la salud mental. Tengo un negocio de consejería, que se abrió en 2020”, dijo. “Tengo una oficina donde atiendo a muchos pacientes que tienen problemas de salud mental. La mayoría son hispanohablantes o simplemente una mezcla de culturas y orígenes”. Hernández Coronado dijo que seguir una carrera en salud mental solo tenía sentido después de ver a tantos militares a su alrededor luchando con problemas de salud mental derivados de sus experiencias en el ejército. “En 2008 y 2009, la tasa de suicidios en el ejército se disparó, y eso me motivó a dedicarme a la salud mental”, dijo. “Mi mentalidad era: ‘Me identifico con los soldados, los soldados o los miembros del servicio se identifican conmigo, y podrían tener una mejor perspectiva al buscar ayuda si alguien que conocen ha pasado por lo mismo que ellos’”. En los próximos dos años, Hernández Coronado comentó que le gustaría contratar más personal para que su negocio pueda atender a más clientes. Pero por ahora, se alegra de poder ayudar a personas de diferentes culturas, siendo trilingüe. “Mucha gente que habla español me contacta por esa razón, pero cuando se enteran de que entiendo la cultura y que soy bicultural, no se trata solo de alguien que nació aquí y habla un idioma, sino de que de hecho provengo de orígenes similares a los de algunas de estas personas, eso ayuda aún más. Me identifico con ellas”, dijo Hernández Coronado. “Puedes estudiar todo lo que quieras sobre salud mental, pero si no tienes esa conexión, si la gente no puede conectar contigo, no habrá mucha ayuda”. Seas quien seas, añadió, existe la necesidad de mejores recursos de salud mental, y esa necesidad no hace más que crecer. “La necesidad definitivamente existe. No será difícil encontrar trabajo en este campo, así que animo encarecidamente a cualquiera que lo esté considerando a que lo haga. … Diría que se tomen un segundo y piensen en todas las dificultades que ya han superado. Siempre han llegado hasta aquí. Pero muchas veces necesitan a alguien que los anime, y hay mucha gente ahí afuera que los apoya, y aún más que los anima”. Esos mayores animadores suelen ser familiares, señaló Hernández Coronado. “Creo que lo más importante que pueden hacer las familias es escuchar y comprender que esta persona necesita quizás un nivel de atención superior al que ellos pueden brindar, y simplemente estar dispuestos a estar ahí, a estar presentes para esa persona, a no juzgar, a simplemente tratar de comprender”, dijo. Elogió especialmente al ejército, y dijo que seguía agradecida por sus recursos, durante su reciente retiro, en la celebración en la que fue homenajeada por su trabajo por su familia, amigos y comunidad. “Más que nada, las fuerzas armadas me dieron un sentido de pertenencia para toda la vida, una misión más grande que yo misma y lazos que nunca se romperán”, dijo Hernández Coronado en su discurso en reciente ceremonia. En definitiva, Hernandez Coronado dijo que se siente bendecida y honrada de poder ayudar a los demás, no solo en este Día de los Caídos, sino todos los días. “Estoy sumamente agradecida, bendecida y honrada de poder servirles. Siento que he terminado mi servicio directo al país, pero espero poder seguir sirviendo en una función diferente, como terapeuta de salud mental”, dijo Hernández Coronado. “Para quienes aún sirven o ya sirvieron, para que tengan algo que simplemente no los deje solos con sus problemas de salud mental”. Si usted o alguien que conoce tiene pensamientos de autolesión o suicidio, envíe un mensaje de texto a la Línea de Ayuda para Suicidios y Crisis al 988 o visite www.988lifeline.org. Para programar una cita con Hernández Coronado, llame al 913-414-3579.